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SEGURIDAD DE LA VITAMINA D3 EN ALTAS DOSIS

SEGURIDAD DE LA VITAMINA D3 EN ALTAS DOSIS

Tiempo de lectura: 4 minutos

INTRODUCCIÓN
En condiciones normales, se sintetizan en la piel entre 10.000 y 25.000 UI/día de vitamina D en respuesta a la exposición solar. Sin embargo, en décadas pasadas, la administración de dosis altas de vitamina D (de hasta 600.000 UI/día) para tratar algunas enfermedades crónicas, se asoció con hipercalcemia, alteración de la función renal y resultados adversos.
En la actualidad, por consenso científico, se considera que los niveles séricos de 25-hidroxivitamina D [25(OH)D] son normales dentro del rango de 30 a 100 ng/mL, y muchas guías terapéuticas sugieren como objetivo mantener valores >50 ng/mL.
Estudios clínicos más recientes que evaluaron los eventos adversos del aporte complementario de vitamina D, informaron que las dosis de 10.000 UI/día son seguras y no se asocian con riesgo de hipercalcemia ni de nefrocalcinosis. En ninguno de los trabajos publicados, los niveles séricos de 25(OH)D fueron superiores a 240 ng/mL, el umbral teórico para la manifestación clínica de hipercalcemia.
En el presente estudio se evaluó específicamente la seguridad a largo plazo de la vitamina D3 oral en dosis de 50.000-100.000 UI/semana, administradas durante 6 meses a un año a un grupo de pacientes con intolerancia a las estatinas y deficiencia de vitamina D. El fundamento de esta investigación independiente fue que la deficiencia de vitamina D podría interactuar con las estatinas para generar mialgias, miositis y/o miopatía.

METODOLOGÍA
Ensayo clínico prospectivo, de tratamiento abierto, para evaluar la seguridad clínica y de laboratorio de dosis altas de vitamina D3 (50.000 a 100.000 UI/semana), durante hasta un año.   
Se seleccionaron pacientes con hipercolesterolemia e intolerancia al menos a dos estatinas, con deficiencia de 25(OH)D, definida por niveles séricos <32 ng/mL (límite inferior de normalidad).
Los pacientes tenían antecedente de mialgia, miositis, miopatía y/o mionecrosis durante la terapia previa con estatinas; se excluyeron quienes habían presentado rabdomiólisis durante el uso de estatinas, los pacientes que recibían terapia con corticoesteroides o aquellos con enfermedades que podrían generar mialgia (por ejemplo, artritis, neuropatía diabética, etc.)
En total, 282 pacientes (155 varones y 127 mujeres) recibieron seguimiento a los 6 meses y 112 de ellos (65 varones y 47 mujeres), a los 6 y a los 12 meses.
El seguimiento con pruebas de laboratorio incluyó: niveles de 25(OH)D, calcio y fósforo séricos, perfil lipídico, tasa de filtración glomerular calculada (eGFR), creatina quinasa (CK), glucemia y función hepática. Se utilizaron pruebas de Wilcoxon pareadas para la diferencia entre los valores iniciales y durante el seguimiento, y pruebas de McNemar para identificar tendencias en el tiempo en los niveles de calcemia y la eGFR.

RESULTADOS
De los 282 pacientes hipercolesterolémicos, con intolerancia a las estatinas y deficiencia de vitamina D:
161 (57%) individuos recibieron ≤50.000 UI/semana (mediana: 50.000 UI/semana)
113 (40%) individuos recibieron >50.000 y ≤100.000 UI/semana (mediana: 100.000 UI/semana)
8 (2,8%) individuos recibieron >100.000 UI/semana
La Tabla 1 resume los principales resultados a los 6 meses y al año de seguimiento, en relación con los valores determinados al inicio del estudio. En conjunto, el promedio del valor inicial de 25(OH)D en los 282 pacientes era 19,9 ng/mL (mediana de 21,2 ng/mL).

A los 6 meses de tratamiento con una mediana de 50.000 UI/semana de vitamina D3, la concentración sérica de 25(OH)D se elevó significativamente (mediana de 46,1 ng/mL). De interés, los niveles de dicha vitamina con muy baja frecuencia superaron el límite superior de normalidad: solo 4 pacientes (1,4%) mostraron valores entre 101 y 140 ng/mL; es decir, que ningún paciente alcanzó los niveles de hipervitaminosis (>150 ng/mL).
Al año de administración de una mediana de 50.000 UI/semana de vitamina D3, la mediana de la concentración sérica de 25(OH)D se mantuvo dentro del rango de normalidad para el 78% de los
112 pacientes; 21% mostraron niveles inferiores al rango de normalidad (mediana de 26 ng/mL) y un solo paciente (0,9%) mostró valores superiores a dicho rango (126 ng/mL), pero sin alcanzar el nivel de hipervitaminosis D.

Durante todo el seguimiento, la calcemia y la eGFR se mantuvieron sin cambios.
Ningún paciente mostró tendencia hacia la hipercalcemia o el deterioro de la función renal.


Con respecto a la tolerancia a las estatinas, luego de 12 meses de tratamiento con vitamina D3, el 90% de los pacientes fue capaz de tolerar la reintroducción de estatinas sin mialgias ni miositis; el 97% de quienes no habían discontinuado la estatina al inicio del estudio, la terapia se mantuvo sin presentar síntomas.

 

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

  • En el presente estudio, con una extensa cohorte de individuos con deficiencia de vitamina D e intolerancia a las estatinas, el aporte complementario de vitamina D3 en dosis entre 50.000 y 100.000 UI/semana durante hasta un año, fue seguro.
  • Los pacientes no mostraron ningún cambio significativo en los niveles de calcemia ni en la función renal. Además, ninguno de ellos alcanzó valores séricos de 25(OH)D >150 ng/mL, convencionalmente definido como el umbral de hipervitaminosis D.
  • Los hallazgos de este trabajo concuerdan con estudios previos con varones sanos, en los que la administración de aproximadamente 10.000 UI/día también resultó segura. En el presente estudio, se documentó la seguridad de las dosis de 50.000-100.000 UI/semana de vitamina D3 durante hasta un año.
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